miércoles, 26 de octubre de 2011

el apóstol Juan !un hombre indestructible!



Año 95 d.C. Roma:

“¡Este es Juan, el apóstol de Jesucristo!” Grito el anunciante 3 veces. Al escuchar la noticia, todos los que estaban reunidos en el Coliseo Romano gritaron emocionadamente. Todos se habían reunido para ver como moriría el ultimo de los apóstoles del Señor.
El Emperador miro fijamente al anciano y le dijo:
-Conque tu eres Juan, el Apóstol del Amor- dijo burlándose- ¿Estas listo para morir?
Antes de que Juan le respondiera, un soldado se acerco al Emperador y le dijo algo al oído:
Quizá haya escuchado el famoso dicho entre los cristianos de que Juan no moriría hasta que Jesús, su Dios, regrese”
Citando el siguiente versículo de la Biblia:
Si quiero que él permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme no más. (Juan 21:22)
Si, lo he escuchado ¡De hecho todos en Roma lo han oído! Estos cristianos son personas obstinadas y supersticiosas, pero yo les daré una lección  ¡Este hombre morirá hoy mismo! –dijo el Emperador- .
¿Y como lo matarás? –pregunto el Soldado- Los leones no siempre matan a los cristianos, el fuego no siempre los consume, cortarles la cabeza les resulta muy noble.
El Verdugo dijo:
-¿Que les parece si lo metemos en una tina llena de aceite hirviendo? ¡No hay ser humano que pueda sobrevivir a eso!-
El Emperador dio su aprobación.
Mientras los hombres se apresuraban por cumplir su orden, el anunciador proclamaba nuevamente:¡El Apóstol Juan será arrojado en aceite hirviendo!
La multitud se enloquecía y aplaudían en señal de aprobación. Iban a ser testigos de como mataban al discípulo que mas amaba Jesús.
Juan era uno de los amigos mas cercanos de Jesús, además formaba parte del circulo intimo del Maestro. El fue testigo de muchos milagros que hizo Jesús, junto con Pedro y Santiago, presenciaron maravillas, que los otros 9 discípulos no vieron.
Juan fue de los pocos que no huyeron y decidió permanecer con Jesús durante su arresto, estuvo presente en su Juicio ante el Consejo, y presencio su castigo, acompañándolo hasta su muerte en la cruz.
El emperador Romano le dijo furiosamente a Juan:
-¡Si tu Jesús es verdaderamente Dios, entonces pídele que te salve!- Y luego le dijo a sus verdugos que se lo llevaran.
Mientras Juan esperaba que hirviera el aceite, comenzó a recordar las muchas otras circunstancias en las que había sido perseguido por causa del evangelio de parte de Nerón, y también de lo mucho que el Señor lo había salvado de tales situaciones.
La voz fuerte del soldado lo hizo volver en si, diciéndole: ¡Levántate cristiano! El aceite esta listo.
La multitud ovaciono el momento, poniéndose de pie y aplaudiendo, mientras el Apóstol Juan iba poco a poco siendo sumergido en el aceite, mientras tanto levantaba sus manos en señal de adoración a Dios.
Pasaron varios minutos y Juan seguía orando.
De repente, los gritos de la multitud se fueron desvaneciendo, convirtiéndose en un asombro silencioso. Todos también habían escuchado el rumor de que Juan “Nunca moriría” y comenzaron a susurrar:
“¡El apóstol no esta lastimado! ¡Es un milagro! ¡Su Dios lo ha protegido! ¡Jesús a protegido a su apóstol!”
El Emperador observo detenidamente a Juan dentro de la olla de aceite hirviendo, en contra de toda lógica ¡Juan seguía vivo y seguía orando sin daño alguno!
¡El Emperador, en vez de destruir la Fe en Cristo, había sido un instrumento de Dios para aumentarla!
Se pregunto con asombro.. “¿Es que no hay forma de destruir a este hombre?”
Hubo un nuevo griterío en la multitud que capto su atención. Ya Juan no oraba en silencio, sino que fuertemente alababa y adoraba a Dios por haberlo salvado de la muerte.
Así que el Emperador, tomo la decisión de alejar a Juan de su presencia, pues ya no quería saber nada de el.
Debido a eso, Juan fue enviado a la lejana Isla de Patmos, donde fue encarcelado y torturado por 2 años, fue allí donde tuvo las maravillosas visiones del Libro de Apocalipsis.
Después fue dejado en libertad, tomando el mando de la Iglesia en Éfeso, allí también lo quisieron matar, incluso una vez lo obligaron a beber veneno, pero su fe era tan grande que no murió.
Juan murió de muerte natural, pero aprovecho cada circunstancia de su vida (ya sea buena o mala) para exaltar y glorificar el nombre de Jesús.
Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2Corintios 12:10)

Glorifica a Jesús con tu vida!!!

Fuente: Libro “Locos por Jesús” de DC Talk.
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Dios te bendiga!!

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